Ja, ja, mira
tú qué risa, María Luisa. Si no pasa nada, hombre, ¿o es que no somos humanos?
La mujer, que se aburría y se puso a jugar con la tableta. ¿Acaso tú no lo has
hecho nunca? No es más que una simple anécdota. Ja, ja, ja.
Pues no,
señoras y señores, para mí no es ninguna anécdota, y no es, en absoluto, una
cuestión menor y además risible.
Que la
señora Celia Villalobos, vicepresidenta del Congreso de los diputados, se pase
un rato jugando a un videojuego mientras está presidiendo el Debate sobre el
estado de la nación y mientras está hablando, ni más ni menos, que el
Presidente del gobierno, no me parece ninguna anécdota. Y no me lo parece por
varias razones:
1- Porque está trabajando, y mientras se
trabaja no se juega.
2- Porque trabaja para mí, puesto que yo
le pago parte de su salario.
3- Porque parte de la tableta con la que
juega también se la he pagado yo.
4- Porque le estaba faltando al respeto
al orador y a los que escuchaban.
5- Porque en una empresa privada la hubieran
tirado a la calle.
6- Porque en este país todavía hay más
de cuatro millones de parados que estarían encantados de hacer el trabajo que
ella no hacía, y además por menos dinero.
7- Porque estoy hasta los cojones de que
nos tomen el pelo y encima se burlen de nosotros.
Por eso,
señora Celia Villalobos, yo, por la parte que me corresponde, la despido, la
echo a la puta calle por razones objetivas: no cumplir con su trabajo. Y en mi
carta de despido le informo, por si no lo sabía, que tiene quince días hábiles para
inscribirse en una oficina del INEM si quiere tener derecho a la prestación
contributiva.
2 comentarios:
Dentro de que las siete razones son muy convincentes, me quedo con la séptima, pero me va a dar igual, son ellos los que ponen y quitan las reglas del juego a su antojo y ya me canso del derecho a pataleo, no vaya a ser que me imputen por agrietar el pavimento.
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