Hace mucho
tiempo, cuando estudiaba la asignatura de economía, me decían que el sistema
económico capitalista se basaba principalmente en dos premisas principales: la
propiedad privada de los bienes y la relación entre la oferta y la demanda.
Pasado el tiempo y visto lo visto, lo que me enseñaban era completamente falso.
El sistema capitalista se basa única y exclusivamente en una única y exclusiva proposición:
el endeudamiento.
Hoy, en los
países que siguen este sistema económico, que son la mayoría, todo el mundo
está endeudado: deben los individuos, las familias, las empresas, los bancos, la
iglesia, los ayuntamientos, los estados, y en definitiva todas las
instituciones públicas. Todos se deben entre ellos. Los individuos deben a los
bancos, los estados deben a los bancos, las empresas deben a los estados y a
los bancos, los bancos deben a otros bancos… Todo el mundo debe y la deuda se
va acumulando, va creciendo como un cáncer silencioso que lo va emponzoñando
todo, que va creando metástasis aquí y allá y que ya tiene todo el sistema
infectado.
Ahora sólo queda saber cómo será la defunción: si con una larga y lenta
agonía, si por suicidio, o simplemente el enfermo morirá de repente. No creo
que falte mucho para saber el final.