25/2/15

Despido a Celia Villalobos

Ja, ja, mira tú qué risa, María Luisa. Si no pasa nada, hombre, ¿o es que no somos humanos? La mujer, que se aburría y se puso a jugar con la tableta. ¿Acaso tú no lo has hecho nunca? No es más que una simple anécdota. Ja, ja, ja.
Pues no, señoras y señores, para mí no es ninguna anécdota, y no es, en absoluto, una cuestión menor y además risible.
Que la señora Celia Villalobos, vicepresidenta del Congreso de los diputados, se pase un rato jugando a un videojuego mientras está presidiendo el Debate sobre el estado de la nación y mientras está hablando, ni más ni menos, que el Presidente del gobierno, no me parece ninguna anécdota. Y no me lo parece por varias razones:
1-      Porque está trabajando, y mientras se trabaja no se juega.
2-      Porque trabaja para mí, puesto que yo le pago parte de su salario.
3-      Porque parte de la tableta con la que juega también se la he pagado yo.
4-      Porque le estaba faltando al respeto al orador y a los que escuchaban.
5-      Porque en una empresa privada la hubieran tirado a la calle.
6-      Porque en este país todavía hay más de cuatro millones de parados que estarían encantados de hacer el trabajo que ella no hacía, y además por menos dinero.
7-      Porque estoy hasta los cojones de que nos tomen el pelo y encima se burlen de nosotros.

Por eso, señora Celia Villalobos, yo, por la parte que me corresponde, la despido, la echo a la puta calle por razones objetivas: no cumplir con su trabajo. Y en mi carta de despido le informo, por si no lo sabía, que tiene quince días hábiles para inscribirse en una oficina del INEM si quiere tener derecho a la prestación contributiva.

23/2/15

Caloret de vergüenza

Pues sí, somos el hazmerreír de España, ¡qué le vamos a hacer! Cuando no es por una cosa es por otra, pero los valencianos, víctimas de este gobierno autonómico corrupto, prepotente, chulo e ignorante, estamos sufriendo el cachondeo del país porque, para qué vamos a engañarnos, nos lo merecemos. Y nos lo merecemos porque, después de más de veinte años en el poder, hemos seguido votando al PP y dándole mayorías absolutas, una detrás de la otra. Y a mucho que nos descuidemos, volverán a ganar.
Y es que a la gente le da igual que Fabra y Rita se pasen la lengua de los valencianos por el culo, que lleven toda la vida viviendo aquí, escuchando casi todos los días a alguien hablarla, y que ellos hablen peor el valenciano que Ana Botella el inglés. El relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor no es nada comparado al ridículo espantoso que hizo ayer la Rita en la Crida de las fallas, ni el que hizo el Molt Honorable President Alberto Fabra en la lectura del discurso institucional del 9 d’octubre, fiesta de los valencianos.
Pero qué queremos que pase si, la hoy consellera de educación, María José Catalá, en la pasada campaña electoral de 2011 a la alcaldía de Torrent, donde se presentaba para alcaldesa, durante un mitin que comenzó en valenciano, los del PP empezaron a abuchearla por hablar su lengua, y la mujer va y, con todo el despecho del mundo, pide disculpas porque tiene el defecto de empezar a hablar en valenciano.

Pues eso es lo que tenemos.