30/9/07

PEROGRULLADAS

Si Zapatero es el presidente del gobierno, es porque su partido ganó las pasadas elecciones generales.
Si Bush dice que está ganando la guerra de Irak, es porque es un imbécil.
Si puedes leer esto en tu ordenador es porque vives en un país libre.
Si en la China dijese que el Partido Comunista Chino ostenta el poder absoluto porque encarcela a la oposición, estaría en la cárcel.
Si vivieras en la China, no podrías leer esto.
Si en la región sudanesa de Darfur la gente se muere de hambre, es porque a los occidentales nos da igual.
Si mañana me muero, ayer fue mi antepenúltimo día de vida.
Si en las calles de nuestra ciudad vemos pobres pidiendo, es porque… ¿ah, que en nuestras calles hay pobres? no lo sabía, yo siempre voy mirando los escaparates.
Si en las calles de nuestra ciudad pisamos una mierda de perro, es porque siempre vamos mirando los escaparates.
Si alguien está seguro de que descendemos de Adán y de Eva, es porque es un cerril.
Si el rey de España está en su puesto porque lo puso Franco, es un anacronismo.
Si la ministra de educación piensa que pasar de curso con cuatro asignaturas suspendidas va a ser bueno para nuestros estudiantes, es porque la ministra es una ignorante.
Si mañana me muero, hoy es mi penúltimo día de vida.
Si Irán quiere construir una bomba atómica, es porque tiene derecho y dinero para hacerla.
Si EEUU tiene bombas atómicas, es porque tiene derecho y dinero para hacerlas.
Si Israel tiene bombas atómicas, es porque tiene derecho y porque se les ha pagado EEUU.
Si Chaves cierra medios de comunicación en Venezuela, es porque es un dictador.
Si África está tan atrasada, es porque a los países occidentales nos interesa.
Si la gente huye de una África atrasada y sin futuro, es porque los países occidentales se lo hemos robado.
Si se me están ocurriendo estas cosas en la cama, es porque no puedo dormir y ya son las tres menos cuarto, joder.
Si mañana me muero, es porque siempre existirá un mañana.

25/9/07

RAMBER

Ramber es boliviano y es mi amigo. Llegó como todos los bolivianos que han venido últimamente a trabajar a España: en avión, con una pequeña maleta, no olvidemos que el permiso de entrada es para turista, con 500 € (los ahorros de casi todo un año trabajando duramente) tirados a la basura (que muy desfachatadamente recogen las compañías aéreas porque el billete es de ida y vuelta y saben que no van a volver con ese billete) y con un montón de ilusiones que se trastornan amargas para la mayoría cuando descubren que el Potosí que ellos tenían allí no se encuentra ahora aquí.
Él cuando llegó ya tenía el trabajo asegurado junto a dos de sus hermanos que ya estaban trabajando aquí. Por desgracia, no voy a decir por culpa mía, no entró en la regularización masiva de extranjeros que hizo el partido socialista, creo que fue en el 2005, en cambio sus hermanos sí consiguieron regularizar su situación porque les recomendé que se empadronaran en la ciudad donde vivían, en cambio no se me ocurrió decírselo al bueno de Ramber y aún hoy es un “ilegal” sin papeles. ¡Cuántas veces he lamentado ese olvido!
Ramber es pequeño pero fuerte, sus espaldas son desmesuradamente anchas, quizá para poder cargar con tanta desgracia y desdicha, miseria e injusticia. Sus brazos son robustos y sus piernas potentes. Su cabeza está achatada por los polos, y a una legua se nota que es indio, descendiente de los Incas. Sus ojos almendrados son oscuros y apagados; sus cabellos son lacios, negros y brillantes como la obsidiana y en tan gran número que crees que será imposible meter allí la púas de un peine; y su boca es la más rara que jamás haya visto, sus labios son grandes y carnosos, y cuando sonríe, dejan ver unos dientes blancos, pero los dientes superiores están desgastados de derecha a izquierda y de más a menos, como si comiera como un camello que moviera siempre la mandíbula inferior en la misma dirección desgastando siempre los mismos dientes, porque si no, no me imagino cómo ha conseguido tener esos dientes que parecen un xilófono.
Ramber es buena gente, tiene tres hijos, a uno aún no lo conoce porque cuando vino, su mujer estaba embarazada, y de eso hace ya cuatro o cinco años. Recuerdo cuando le llegó la primera fotografía, cuando me vio se vino corriendo a enseñármela: “mira este es mi Elvis, se parece mucho a su madre” El tío era el más feliz del mundo enseñándome aquella fotografía de mala calidad. Ramber es incapaz de hacer daño a nadie, es muy tímido y eso le hace muy vulnerable a abusos, y más en un país extranjero. Por eso yo siempre le he protegido lo que he podido y le he asesorado lo mejor posible. Antes siempre estábamos haciendo planes para que se viniera a trabajar conmigo, pero las circunstancias no fueron favorables, y cuando fantaseábamos Dios estaba de culo y no nos oía porque nada de aquello consiguió fraguar. Dos veces me llamó pidiéndome trabajo y dos veces le tuve que decir, con todo el dolor de mi corazón, que era imposible pues no dependía de mí, y dos noches más sin poder dormir. La última vez que hablé con él, le llamé para darle un pequeño trabajo y cuánta fue mi alegría cuando me dijo que estaba trabajando en una empresa de mantenimiento de jardines, que le trataban bien y que estaba contento. Yo también.
Ramber es mi amigo, y él sabe que yo soy su amigo. Sin estridencias, sin alharacas, sin bombo ni platillo. Nos hemos relacionado relativamente poco, y hará más de un año que no nos vemos, pero somos amigos, porque sí, porque nos queremos y porque nos da la real gana.

23/9/07

BLOG SOLIDARIO


Cuando llegué de vacaciones el bueno de Blue Devil’s desde 12 compases tuvo la amabilidad de darme un premio, totalmente desmerecido por mi parte, teniendo en cuenta el listón tan alto que ponen algunos en sus blogs. De todas formas agradezco de corazón que haya alguien a quien de verdad le guste lo que escribo, y le guste tanto como para premiarlo. También yo tengo mis blogs preferidos, aunque sería un tanto injusto premiar a algunos y a otros no, porque en el fondo todos tienen algo lo suficientemente interesante para provocar que me pase por su casa cuando pueda. Los blogs que tengo enlazados en mi bitácora no lo están porque sí; antes de aparecer en la lista han pasado una especie de cuarentena. Cuando visito un blog que me interesa lo pongo en una carpeta de “blogs provisionales” y de vez en cuando voy echándoles una ojeada, y si al cabo de una serie de visitas consiguen engancharme, entonces los enlazo en el mío. Por eso digo que todos los que estáis en mi lista sois merecedores de este premio, que me gustaría a mí saber por qué se llama solidario, quizá sea porque nos solidarizamos unos con otros cuando nos contamos las penas y glorias.
En fin las reglas son las reglas y dicen así:

•Escribir un post mostrando el PREMIO, citar el nombre del blog que te lo regala, y enlazarlo al post que te nombra (de esta manera se podrá seguir la cadena).
•Elegir un mínimo de 7 blogs que creas que se han destacado alguna vez por ayudar, apoyar, y compartir. Poner sus nombres y los enlaces a ellos. (Avisarles).
•Opcional. Exhibir el PREMIO con orgullo en tu blog, haciendo enlace al post que escribes sobre él y lo otorgas a otros.

Y los blogs que premio son:

-El glob de Manuel. Lo premio por envidia, ya me gustaría a mí escribir la mitad de bien que lo hace él.
-Vamosdeculo. Por desgracia se prodiga poco, pero hace unas críticas que coinciden mucho con mi manera de pensar.
-Kabila. Un referente diario. Fusta y látigo de las injusticias que se producen en esta mierda de mundo que nos ha tocado vivir.
-Colores. Otro con un punto de mira finísimo que pone los puntos sobre las i sin cortarse un pelo (y eso que es calvo).
-La tierra tiene fiebre. Desde su blog Esther hace una labor muy importante a favor de la defensa del medio ambiente. Ha conseguido reunir 100 blogs que tienen como objetivo la mejora del entorno en el que vivimos.
-e-catarsis. Por ella siento una debilidad especial. Me encontró ella a mí primero y fue la que con sus enlaces, con muy buen criterio, me ha llevado a muchos de vosotros. Su manera de escribir es muy singular, con muchos puntos suspensivos y espacios en blanco enormes que saltan entre sus párrafos.
-Y el último lo reparto a partes iguales entre todos vosotros fieles seguidores de este vuestro blog, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Me ha costado mucho más de lo que pensaba, pero ya está. Ala, a disfrutarlo.

21/9/07

LO QUE ME CONTÓ LA LIBRERA

Como contaba el otro día, fui a la librería para comprar un “diccionari de valencià”. Sobre la estantería había dos o tres ejemplares de diferentes editoriales; yo llevaba apuntadas en un papel una serie de palabras “raras” para ver si venían en algún diccionario porque buscaba uno que fuera muy bueno y no uno de esos básicos. El mejor de todos, o sea, el que contenía las definiciones de todas las palabras que busqué tenía la parte inferior de las hojas algo manchadas y medio apegadas, “joder, espero que tenga un ejemplar mejor” me dije. Cogí el diccionario y me fui al mostrador y le digo a Pepa, la librera, “mira Pepa, quería coger este diccionario, pero parece que se ha mojado por la parte de abajo”, ella lo coge, lo abre, lo mira y dice: “ya me lo han cambiado”, “no jodas” le digo, “mira, dice, si tú supieras, hay gente que viene a devolverme libros subrayados, sobre todo los que estudian oposiciones, ahora por sistema no cojo nunca un libro de oposiciones, esos aquí ya no se pueden devolver; una vez un tío en verano vino a devolverme un libro que le habían regalado en Navidad, hombre cinco o seis días para devolver un libro está bien, pero más de medio año…; y el otro día entra un chico cantando y haciendo monerías, bueno, yo de vez en cuando iba echándole miraditas porque había algo en él que no me cuadraba, cuando me descuido lo veo ya fuera de la librería por la ventana del escaparate cargado de libros, ¡María que nos roban! le grito a la chica que corra detrás de él porque yo no puedo, menos mal que lo pudo coger, claro llevaba siete u ocho libros y no podía correr el jodío, pues ni más ni menos que valían más de 100 €, y el tío lo tenía todo bien estudiado porque los libros estaban en diferentes mesas, poco a poco los fue cogiendo y cuando me descuidé se largó, y aún hubo un hombre que me dijo, vaya es una alegría que todavía se roben libros, y yo le contesté, no si me los roban a mí. Así es que fíjate como está el panorama.”
Ver para creer. Lo que yo no le dije es que cuando veo un libro que me interesa mucho, por regla general libros de poca demanda de los que sólo llegan un ejemplar o dos a la librería, si en esos momentos no los puedo comprar, los escondo en las estanterías hasta que pueda pasar a por ellos otro día. Menos mal que sí tenía un ejemplar nuevo del “diccionari de valencià” para mí.

18/9/07

EL TIO JUANITO

Esta mañana he conocido a un tipo con una historia, digamos, singular. El hombre, sin más se ha acercado a mi compañero y ha empezado a hablar con él y sin ningún porqué le ha empezado a contar su vida, yo al oír las cosas que decía no he podido resistirme y me he metido en la conversación haciendo preguntas.
El hombre tiene setenta años, no muy bien llevados por cierto, aparenta unos cuantos más, es pequeño y se nota que su rostro no fue muy agraciado en su juventud, es bajito y algo calvo; sus ojos son pequeños, diminutos vistos desde detrás de las gafas y que muestran indiferencia.
El sujeto en cuestión es viudo desde hace siete meses, y desde hace cinco y medio vive con una mujer boliviana separada, 18 años más joven que él. Cobra una pensión de 1200 € y se va a vivir a Bolivia donde espera casarse con su novia. ¿Qué dicen sus hijos?, le pregunto. Su hijo dice que no se lo cree, y su hija se pasa el día llorando, no me extraña. ¿No le parece un poco pronto para juntarse con otra mujer? digo; a mí qué, si a mi mujer la conocí después de dejar a otra novia que tenía en su casa. Nunca he conocido a una persona que desprecie más al género humano, en un momento de la conversación dijo que si él se encontrara a una persona echada en la cuneta de una carretera, pasaría de largo como si fuera un perro; y cuando le dije que si se va no podrá llevar flores a la tumba de su mujer, dijo que lo que se tengan que gastar en flores, que se lo gasten en chuletas de cordero.
Vive en un pueblo pequeño, y claro, en estos lugares ya se sabe, el escándalo es monumental. Una viuda le dijo que es un sinvergüenza, y otra que cómo es que se va con una extranjera, si se lo hubiese dicho a ella, se podrían haber juntado los dos, vivir para ver.
También le dije si no había pensado que quizá la boliviana se quería casar con él por el dinero; pues claro que lo sabe, además si no se casara con ella, lo haría con cualquiera con tal de que no se perdiera la pensión. Espero que este ejemplo no cunda mucho, porque sino nos hunde el sistema de pensiones ya precario de por sí.
Cuando se fue se me quedó un regusto amargo, me supo mal por sus hijos, sobre todo por la pobre hija, con el cuerpo aún caliente de su madre. Y yo qué quieres que haga, dice con voz adusta, áspera y autoritaria, como si fuera dios y no le hubiese pasado por los huevos evitarlo. Un dios fantasma, estúpido e imbécil.

13/9/07

EN LA LIBRERIA


El otro día fui a mi librería habitual con el motivo de comprar un “diccionari de valencià”, pero claro, ese era sólo el motivo oficial, “suboficialmente” no iba a irme de allí sin siquiera dar un repaso a todas las estanterías que habitualmente contienen los libros que suelo comprar.
Me gusta explayarme tranquilamente en las librerías, siempre procuro acudir con mucho tiempo por delante, sin prisas ni agobios (una vez cerraron la librería y yo me quedé dentro, sólo cuando oyeron un ruido en un rincón de la librería se dieron cuenta de mi existencia y amablemente me invitaron a salir a la calle con un “feliz navidad”, era Noche Buena). Nada más entrar apago el móvil, no sea que alguien, fuera quien fuera sería tachado automáticamente de indeseable, viniera a perturbar mi singular éxtasis. Tras cruzar el umbral comienzo el recorrido por la derecha: primero las novedades en valenciano y catalán, sigo con las de castellano, libros de bolsillo, para luego pasar a las secciones de libros especializados, y termino la travesía en la sección de libros de viajes.
Durante el camino tengo el oído desplegado como un radar y procuro enterarme de todo lo que se habla de libros dentro del templo, sobre todo lo que dice Pepa, la dueña de la librería, que con su simpatía y su sapiencia orienta lo mejor que sabe a todo aquél que le pide consejo sobre tal o cual tema o sobre algún escritor (el otro día le hablaba muy muy bien a una mujer sobre Vila Matas, habrá que probarlo), y si algún libro no lo tiene, lo buscará hasta el último lugar donde pueda encontrarse. También me gusta mucho observar a la gente que entra en la librería: los hay que van directamente al mostrador, sacan un papelito y le piden a la librera si tiene el libro cuyo título llevan apuntado, y una vez adquirido el libro o hecha la consulta sin éxito, salen escopetados como alma que lleva el diablo sin mirar a derecha e izquierda, no sea que se caiga algún libro de alguna estantería o salte directamente de la mesa y lo coja del cuello y le diga “¡léeme!”; también están los que entran y van directamente a las mesas expositoras donde se encuentran los best-sellers y libros más vendidos, y como si allí comenzara y terminara la librería, no dan un paso de más y salen a la calle; hay gente que no toca un libro, como si mordieran; otros en cambio se sientan en cualquier esquinita o se apoyan en un pilar y se leen medio libro, a veces pienso que en dos o tres sesiones más como esa, se lo leen todo; también está el lector empedernido al que ves con un brillo especial en los ojos y con la saliva goteándole por el canino superior llevando libros sin parar al mostrador donde, en su rinconcito particular, poco a poco va levantando su torreón de felicidad, y que tras hacer un desembolso considerable, sale ya con un libro abierto en una mano, mientras con la otra sujeta fuertemente la bolsa llena de libros; a veces se ven grupos de adolescentes que pululan entre las estanterías con conocimiento de causa, ¿pero no dicen que no tienen ni puta idea y que no leen?, afortunadamente no son todos y es un gran placer oírlos hablar de tal o cual libro, o de tal o cual autor; los que no tienen desperdicio son la gente mayor, y mucho mejor si necesitan gafas para leer, es toda una experiencia verlos coger un libro, con suavidad, casi con mimo, a continuación le pasan una mano sobre la cubierta, pero no es para quitarle el polvo, porque saben que el libro está limpio, sino para acariciarlo, para comprobar si, tan sólo con tenerlo en las manos, les transmite alguna vibración positiva, enseguida viene el baile de las gafas, primero búsqueda en el bolsillo interno de la chaqueta o en el bolso, se las saca de la funda y se las eleva por encima de la cabeza en dirección a alguna luz para comprobar que estén limpias, y entonces, con suavidad, se las colocan sobre la nariz y con suma delicadeza abren el libro y leen algún párrafo o la contraportada, en ese momento pienso en la cantidad de libros que habrán leído en toda su vida y me entra una envidia sana, lo que daría en esos momentos por que me invitaran a visitar sus bibliotecas; a veces, gratamente, ves a gente que conoces y que desconocías su afición por los libros, también notas en ellos cuando te saludan su alegría de verte en un lugar tan inhóspito para la mayoría del rebaño… En fin, es muy variado el tipo de personas que esporádica o habitualmente se dejan caer por una librería.
Pero no es todo esto lo que yo quería contarles, porque yo quería contarles lo que pasó cuando fui a comprar el “diccionari”, pero como me he extendido demasiado, lo guardo para otro día. Casi mejor, porque así tengo para otra entrada, pues al fin y al cabo, hablar de libros es lo que más me gusta.

9/9/07

TOC, TOC, TOC ¿HAY ALGUIEN AHÍ?


Je, je. Menudas vacaciones que se ha arreado el jeta este. ¡Desde el 17 de agosto ni más ni menos! Ojalá hubiesen durado hasta hoy, pero nada de eso: el día tres al curro (ya era hora, coño) como dios manda. Sólo espero que no se haya perdido toda la parroquia que poco a poco he conseguido hacer. Desde este púlpito muchas gracias a todos los que os habéis acercado de vez en cuando a ver si ya me había dejado de gandulerías y volvía al tajo. La tardanza se ha debido a dos cuestiones, una de “hardware” y otra de “software”. La de “hardware” se ha debido a que cuando nada más llegué el domingo a casa y enchufé el ordenador, el señor Windows dijo que él aún continuaba de vacaciones y que si quería que volviera me debía rascar la “butxaca” (y hostia si me la he rascado, menuda racha. Unos días antes de las vacaciones se escoñó la cadena de música, bueno, ya la arreglaré; dos días antes de irme se rompe el aspirador, uno nuevo 69 €; llevo el ordenador a arreglar y de paso, como la impresora imprime fatal la llevo porque seguramente le hará falta una buena limpieza: el ordenador tenía rota la tarjeta gráfica: 33€, la impresora: siniestro total, no tiene arreglo, 100 €. Menos mal que en las vacaciones no he gastado mucho dinero, porque si no…); y de “software” también ando mal porque no tengo yo la mente muy clara para escribir. Os prometo que me he pasado la semana pensando cómo introducir la nueva temporada y nada. Improviso ahora y punto.
Además menuda sorpresa me he llevado:
-Blue Devils: Gracias (cabrón) por haberme incluido en tus premios solidarios. No lo merezco.
-Patri: Gracias también por darme tú también un premio.
Snif, snif, me habéis emocionado, de veras. Sólo espero poder estar a la altura, aunque tengo muchas dudas, no sé, pero me encuentro vacío de ideas, ¿será la edad? ¿será el Papa? ¿será Zapatero? ¿será Rajoy? ¿serán las berenjenas? ¿o será el “fill de puta” del alcalde de mi pueblo?
No sé, no sé, ya se verá.