14/12/09

LA PESCADILLA QUE SE MUERDE LA COLA


La Cumbre sobre el Cambio Climático de Copenhague es otra escenificación de los máximos mandatarios mundiales para decir a sus mandados que están muy preocupados con el calentamiento del planeta y que van a hacer un gran esfuerzo por reducir las emisiones de CO2 para intentar detener ese fenómeno. Pero esto no es más que una representación bufa, porque reducir las emisiones contaminantes, reducir la degradación del planeta, reducir el impacto del hombre sobre la corteza terrestre, reducir la contaminación de mares y ríos, reducir la deforestación, reducir, reducir, reducir… es imposible mientras todos queremos AUMENTAR nuestro nivel de vida. Es incompatible un nivel de vida como el que tenemos con una tierra limpia y saludable. Un nivel de vida que sólo disfrutamos una parte minoritaria de la población mundial. Si todo el mundo tuviera el nivel de vida que tienen por ejemplo en Portugal, por poner un país que está a la cola de Europa, el mundo ya habría reventado.
Para contaminar menos y explotar menos la tierra no nos queda otra opción que consumir menos, vivir con menos cosas, con menos comodidades. Pero consumir menos significa que aquellos que producen esas cosas que dejamos de consumir, pierdan sus empleos, y que además no encuentren otro porque no nos hace falta nada más. No se van a convertir en parados de larga duración, sino en parados de por vida.
El problema principal, a mi modo de entender, es que hay superpoblación. En el mundo sobra mucha gente, muchísima, y no precisamente de los países pobres, sino de los ricos. Porque consume más, agrede más al planeta, un individuo de un país industrializado que cien de un país subdesarrollado, con el agravante de que el rico, para vivir como vive, necesita obligatoriamente que esos otros cien vivan como malviven.
Vivimos montados en una pelota de nieve que baja rodando por una pendiente muy empinada, y a cada vuelta que da se hace más grande, y cuanto más grande se haga, más gorda va a ser la hostia que nos vamos a dar.
Y para hacer que esa bola de nieve no crezca tan aprisa: ¿estamos dispuestos a rebajar nuestro nivel de vida?