En un sistema democrático está extendida la idea de que todas las opiniones son respetables. La libertad de expresión que ampara toda constitución democrática no otorga a quién la ejerce el derecho a opinar y a decir lo que le venga en gana. Evidentemente no se puede insultar, ni denigrar, ni injuriar a una persona. Pero y opinar ¿Se puede opinar de cualquier cosa libremente sin más? ¿Tenemos que respetar por cojones todas las opiniones, nos gusten o no?
Yo opino que no, por muy respetable que sea el derecho a opinar no puedo respetar cierto tipo de opiniones. Por ejemplo no respeto que se me diga que todo fin justifica los medios, por tanto que el terrorismo es un medio legítimo para alcanzar algo, quien opina así es un ser despreciable que no me merece el mínimo respeto. Tampoco puedo respetar a quien opina que las mujeres están para servir a los hombres y que por tanto se puede hacer con ellas lo que se quiera. Pues no, lo siento, este tipo de opiniones, que abundan, y mucho, no son en absoluto respetables.
8 comentarios:
Pues fíjate, yo soy de la opinión que en el plano de las ideas todo es argumentable y/u opinable, lo malo es cuando no habiendo argumentos uno utiliza la fuerza sin más, esto es lo verdaderamente inaceptable.
Bss :)
Una cuestión complicada, sin duda... ¿cuando una opinión deja de ser respetable? supongo que cuando deja de estar acorde con las circunstancias en que se pronuncia. Por ejemplo, en la edad media la opinión de que las mujeres están para servir al hombre sería de lo más respetable, dadas las circunstacias de dicho momento histórico, y en cuanto a lo del terrorismo, lo que para unos es terrorismo, es decir, para los que lo sufren, para aquellos que llevan a cabo los atentados se trata de un movimiento revolucionario (conste que estoy generalizando y no hablo de una banda terrorista concreta). Lo que quiero decir es que al final es el marco social y cultural el que nos incita a pensar de una u otra manera, y no veo dónde está la libertad ahí... Dudo que tuviéramos las mismas opiniones de haber nacido por ejemplo en el seno de una familia chicana en un ghetto de estados unidos, o en un poblado musulman con una presencia importante de la religión en nuestra educación... En resumen, no sé si todas las opiniones son respetables, ni siquiera sé si alguna no es... y en cuanto a las personas ¿son respetables? ¿son lo que sus opiniones dicen de ellos? Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, pero que avise primero para que me aparte.
Como siempre, tus entradas me hacen pensar. Gracias :)
Una cosa es respetar laopinión y otra compartirla. En este caso yo comparto todo lo que has dicho en este post.
Besotesssssssss
Yo siempre respeto la opinión de los demás aunque eso no quiere decir que la comparta, estamos en una sociedad que ya opina hasta el gato...solo hay que ver los programas de corazón, y eso si que me da pena...
Contigo estoy de acuerdo en todo tu post..
Un besito.Mar
buenooo... tema complicado el tuyo también... joer.
Mira yo creo que cada uno tiene el derecho de decir lo que piensa, que te puede gustar o no y después ya acutar en consecuencia.
Soy responsable de mis actos, libre de mis pensamientos y esclavo de mis palabras. Se puede decir lo que se quiera, pero después acatar las consecuencias que se deriven.
Eso somos: esclavos de nuestras palabras.
Pues estoy con "e" que cada cual piense lo que quiera pero de ahí a llevarlo a determinadas acciones o por obligación...
Besosss
Tema puñetero, compa Corpi, el de las opiniones, las discrepancias, las respetabilidades y todas esas hierbas. Creo que Gambutrol hace un apunte muy interesante, y con el que estoy muy de acuerdo, cuando alude a la distinción entre pensamientos y actos: pensar y opinar, se puede pensar y opinar lo que se quiera, incluso lo más execrable o condenable (ya se sabe, el pensamiento jamás delinque...); actuar, en cambio, ya es harina de otro costal. Y tema distinto, también, es el de la expresión, la exteriorización de la opinión, que es donde se entra en una frontera complicada (cuestiones como la apología, la incitación, la justificación moral; más complicado aún...). En fin, para perderse en mil y un recovecos...
Un abrazo (y buena semana).
El derecho de opinión no es absoluto, tiene sus límites.
En todo caso, todos podemos opinar lo que sea, aunque nuestras opiniones puedan ser inaceptables o poco o nada respetables.
Mientras no pasen de opiniones, están protegidas por el ordenamiento jurídico, aunque nos califiquen como ciudadanos.
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