25/1/09

LA LLAMADA DE OBAMA


Conocí a Obama en el año 84 durante una gira que hicimos por los Estados Unidos jugando a baloncesto. Finalizamos la gira en Hawai y nos quedábamos a dormir en casa de nuestros contrincantes. Yo me quedé durante dos días en su casa, de ahí surgió nuestra amistad. Desde entonces nos escribimos regularmente, y un par de veces al año hablamos por teléfono, nos hemos visto dos veces aunque ya hace mucho tiempo que no lo veo personalmente. La última vez que conseguí hablar con él fue dos días después de que le ganara a Clinton la candidatura para presentarse a presidente. Después he intentado ponerme en contacto con él para felicitarle por su presidencia sin conseguirlo, hasta que por fin me llamó anoche, a las cuatro de la madrugada, para hablar cinco minutos.
Me dijo que está asustado. Todo el mundo ha descargado sobre sus espaldas la responsabilidad de arreglar esta crisis, como si fuera un nuevo mesías venido del cielo con una fórmula bajo el brazo capaz de solucionar los problemas que se reproducen por doquier. Yo le pregunté si no estaba contento de ser el nuevo presidente y me contestó que tenía unos sentimientos contradictorios: por un lado sentía alegría, pero por el otro el peso de la responsabilidad aplastaba esa alegría y se convertía en algo parecido al pánico que lo atenazaba a la hora de tomar decisiones. Y todo por culpa del mundo, porque éste no se da cuenta de que él es presidente de los EEUU, y no del mundo; él se debe a sus compatriotas que son los que lo han votado y los que con sus impuestos levantan ese estado. El mundo no es más que un medio para que se cumpla el sueño americano y no un fin al que está abocado su país. Él única y exclusivamente va a defender los intereses de su país; si con ello se mejora el mundo, mejor, si no, lo siento. Los europeos, a los que les gusta tanto cogérsela con papel de fumar y que son tan buenos y solidarios, le gustaría que fueran más decididos y que no descargaran en los EEUU todo el peso de la acción. Entonces yo le dije que su país es el más poderoso del mundo. Él lo aceptó, pero dijo: yo no puedo, por ejemplo, arreglar el problema del terrorismo en España, y como tu país hay decenas; eso lo debéis arreglar vosotros solos. Bush se ha ido de rositas dejándome el país casi en la bancarrota, metido en dos guerras y con una deuda exterior que veremos cómo se paga. Bastante voy a tener con solucionar mis problemas, como para solucionar los problemas de los demás. ¿Por qué te metiste en esto? le pregunté.¿ Recuerdas el relato de Jack London: la llamada de lo salvaje, cuando el perro miraba hacia el bosque y sabía que allí estaban sus orígenes y que debía volver al que era su lugar? Pues lo mismo me pasaba a mí, el hombre es un animal político, y yo notaba que algo me llamaba a seguir este camino, y aquí estoy. Ahora todos los líderes del mundo están esperando tu llamada para que los invites a tomar café en la Casa Blanca, le dije. Sí, contestó, voy a tener que comprar una cafetera profesional. Y con el conflicto palestino, ¿qué vas a hacer? Ya me he comprado dos tubos de Hemoal, para las almorranas. Después nos preguntamos por las respectivas familias y nos despedimos hasta pronto. Antes de colgar le grité por el teléfono que no se olvidara de África, pero no sé si llegó a escucharme.

6 comentarios:

Pepe del Montgó dijo...

Conociendo de tu amistad por los de ultratumba me da miedo lo que le pueda ocurrir a tu amigo Obama. Si vuelves a hablar con él pregúntale por lo mio.

Pepe Castro dijo...

Debe de ser la hostia saber que tienes puestos sobre ti todos los ojos del planeta. Vaya papeleta, le deseo lo mejor.

Salud.

Gonzo dijo...

Pues sí, bastante tiene con lo que tiene en su casa, que no es moco de pavo.

Saludos.

Food and Drugs dijo...

Dile de mi parte a Obama, cuando vuelvas a hablar con él, que no se apure demasiado. Hacerlo mejor que Bush está 'chupao'.
Saludos

Anónimo dijo...

¿Trabajos de arqueoastronomía? Osti, tú. Y eso, ¿que's lo que es?
Salud
Pierre Miró

Mar dijo...

Pues... sí creo que debería centrarse en su país y dejar el resto. Uno si no está sano no puede ayudar a los demás :)
Otro beso