TODO SIGUE IGUAL

Vivo en un pueblo muy bonito, o al menos lo era hasta hace algún tiempo. A sus espaldas tiene montañas y a sus pies se extiende una inmensa llanura llena de naranjos que llegan hasta el mar.
Todo esto está en peligro por culpa del alcalde que tenemos. Hemos intentado echarlo de la alcaldía en estas elecciones pasadas pero no ha sido posible. A la gente le importa un huevo que les estén destruyendo las montañas para hacer hileras interminables de horribles adosados, ni que les hayan comprado las tierras a un precio muy inferior de lo que valen para construir, por el simple hecho de que el ayuntamiento no les había informado de lo que se iba a hacer. Cosas increíbles que son muy difíciles de entender con la razón. Intentar hablar con esta gente es como darse golpes contra una pared, siempre rebotas, no les entra nada, ya lo puedes argumentar de mil maneras distintas que no lo comprenden.
El alcalde lleva veinte años al frente del ayuntamiento y ahora cuatro más. En cada legislatura se compra un coche, cada vez mejor, por supuesto (esta vez ya le toca el Mercedes o el BMW). Tiene una parcela en una urbanización, un chalet cerca de la playa, una empresa constructora muy importante (Llanera) le ha pagado a él y a su mujer un fin de semana en Londres… Pero esto a la gente le importa dos pitos. A ellos que no les falten las excursiones y las comidas, lo demás no les importa.
El esfuerzo hecho este año para desbancarlo ha sido muy importante porque todos los partidos de la oposición han renunciado a presentarse y se ha confeccionado una única lista independiente con una profesor de universidad a la cabeza, pero ni así, y eso que el alcalde sólo alcanzó el primero de BUP, y no lo terminó. Pero eso por lo visto no es importante.
¿Entonces, por qué lleva tanto tiempo y lo que te rondaré morena? Las causas son muchas y muy diversas que vienen de tiempos bastante lejanos y que no voy a contar aquí, sería muy largo y farragoso. La mayoría de esas causas se me revelaron ayer durante tres horas y media que estuve de apoderado en una mesa electoral. Con la simple observación de la gente que venía a votar y de la actitud de Su Excelencia el Sr. Alcalde me di cuenta de cómo es la gente. Fue una auténtica lección de antropología y psicología. Yo no sé en qué coño de mundo vivía hasta ayer, pero madre mía qué falsa, mentirosa y mala es la gente, no os lo podéis ni imaginar. Cuánta gente te toca la espalda y te guiña un ojo y cuando se vuelve se tira un pedo en tu cara. Pero bueno, de todo se aprende, y en pueblo pequeño cada vez se conoce mejor a la gente.
En cuanto a Su Excelencia el Sr. Alcalde está claro que va a ser prácticamente imposible derribarlo debido al voto cautivo y al miedo que se le tiene por una parte importante de la población. Pero ya lo dijo Newton, todo lo que está arriba acaba cayendo. Este tío caerá por su propia ambición y su propio peso, como una manzana podrida.