19/5/07

LIBROS MALDITOS


El otro día estaba aburrido por casa y se me ocurrió ordenar la biblioteca, porque la tenía hecha un caos. Según iba comprando libros los iba dejando por ahí, por donde hubiera un hueco, y al final buscaba algo y me recorría toda la casa dando tumbos.
Introduje un buen CD de música en la cadena, me destapé una cerveza y me puse a la tarea; saqué todos los libros de sus estanterías y los coloqué en montones y a partir de aquí empecé a ordenarlos por autores y temáticas.
Mientras los estaba ordenando y teniendo entre mis manos “Archipiélago Gulag” de Alexandr Solzhenitsyn me vino a la cabeza lo siguiente: Si yo hubiera vivido en la URSS hace treinta años y alguien de la KGB (pongamos Vladimir Putin por ejemplo) hubiera entrado en mi casa y visto este libro, me hubiera detenido por el simple hecho de tenerlo en mi biblioteca. Y entonces comencé a buscar libros que, por el mero hecho de tenerlos en algún momento determinado de la historia y en algún lugar concreto del mundo, me hubiera costado una multa, la cárcel o incluso una condena a muerte.
Aquí pongo una pequeña lista de libros “prohibidos y malditos” que guardo en mi casa:
-Archipiélago Gulag de Alexandr Solzhenitsyn.
-7000 días en Siberia de Karlo Stajner.
-Dictamen sobre Dios de José Antonio Marina.
-El código Davinci de Dan Brown.
-El Emperador de Ryszard Kapuscinski.
-El fraude de la Sábana Santa de Juan Eslava Galán.
-El Imperio de Ryszard Kapuscinski.
-Esclavos por la patria de Isaías Lafuente.
-Gulag de Anne Aplebaum.
-Hot line de Luís Sepúlveda.
-La forja de un rebelde de Arturo Barea.
-Los diez mandamientos en el siglo XXI de Fernando Savater.
-Stalin y los verdugos de Donald Rayfield.
-Nombre de Torero de Luís Sepúlveda.
-El Evangelio según Jesucristo de José Saramago.
-En el nombre de Franco, del Hijo y del Espíritu Santo de Luis Otero.
-El teatro de los lirios de Lulu Wang.
-El peregrino de Jesús Torbado.
-El lavado de cerebro de Francisco Franco de Herbert S. Southworth.
-Los campos de la muerte de Joël y P. Rigoulot.
-Los talibán de Ahmed Rashid.
-¡Milagro, milagro! de Jesús Torbado.
-Doce pruebas que demuestran la no existencia de Dios de Sebastián Faure.

-Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie de Juan Eslava Galán.

¿Cuántas personas en este jodido mundo habrán sufrido la cárcel o la muerte por el mero hecho de escribir o leer libros que a alguien por sus intereses o porque se le ha pasado por los cojones así lo ha decidido?

7 comentarios:

Patri dijo...

Y pensar eso me da escalofríos... No me puedo imaginar que me castiguen por leer algo, pero eso ha pasado siempre, nos guste o no.

Patético, ¿verdad?

Besotessssssssssssss

Corpi dijo...

Así es y lo peor es que hoy todavía hay paises donde pasa esto al igual que se condena, a muerte incluso, a gente por su tendencia sexual.

enrique dijo...

Cuando murió Ortega, año 1955, muchos clérigos del régimen querían meter sus libros en el índice de libros prohibidos.
Recordemos a los nazis quemando libros en hogueras enormes.
Y a los stanilistas buscando disidentes.
Estos ejemplos no están tan lejanos en el tiempo...
El conocimiento siempre es libertad. Conocimiento y libertad son dos palabras prohibidas para muchos, aún hoy en día.
PD: buena biblioteca tiene vuesa merced, a fe mía.

eclipse de luna dijo...

La verdad es que la peor condena es que te "condenen" por algo tan bonito como es leer o escribir, para mí lo condenable es no poder disfrutar del placer de leer un libro.
Un besito.Mar

Gambutrol dijo...

Joder... pero que triste..., condenar a alguien por leer un libro o quemar los libros en una hoguera... es muy denigrante, pero mira, somos así de guais los humanos, ya ves... quejarnos mucho, pero a la hora de la verdad.... mucho ruido y pocas nueces

RGAlmazán dijo...

Amigo corpi, me has hecho recordar una película "Farenheit 451". Yo que no soy muy amante de la ciencia ficción, seguramente amo esta película porque es mucho más real de lo que parece. Más que ciencia ficción (ojalá que no ocurra nunca) es historia ficción.
¡Que precioso film! sobre todo el final, la forma que tienen de salvar los libros es única.

Pocos placeres hay como leer un buen libro.

Salud y República

Mar dijo...

Una de mis pesadillas de adolescente era precisamente la escena esa de la película que nos recuerda "rgalmazán", una fogata de libros, y es que un libro puede ser algo más que papel y tinta, y hacer daño tanto a los autores como al libro en sí, no deja de ser un crimen.
Estupendísima biblioteca sí :)