16/4/07

NACIONALISMOS, ¿PARA QUÉ COJONES SIRVEN?

No entiendo a los nacionalismos. ¿Para qué coño sirven? Lo único que han aportado a la historia más reciente son guerras, destrucción y muerte. No tenemos más que ver lo que pasó en la antigua Yugoslavia, en Timor, o lo que está pasando en Sri Lanka, o en el País Vasco.

Y todo esto para qué. Está claro que a un pueblo no se le debe negar que todas las expresiones culturales que posea, las exprese, valga la redundancia, de la mejor manera que crea conveniente. Pero esto no debe negar la pertenencia a un pueblo mayor. Desde que el hombre es hombre ha tendido a solucionar sus problemas con violencia. El mundo tal como está hoy ha costado mucha sangre. Han tenido que pasar dos guerras mundiales. África ha tenido que sufrir una colonización despiadada y una repartición absurda con fronteras trazadas a tiralíneas sin respetar pueblos ni etnias. No hay prácticamente ninguna frontera en el mundo que no esté teñida de sangre humana. ¿No vale ya? ¿Por qué cojones hay gente empeñada en crear nuevas fronteras? ¿Por qué quieren dividir más a las personas?

En España, por ejemplo, ¿por qué hay nacionalismos en Galicia, Cataluña, el País Vasco y en menor medida en la Comunidad Valenciana? Para mí la respuesta es muy sencilla: por una cuestión de poder. Los políticos nacionalistas son tan malos, tan mediocres, tan obtusos, tan absurdos, tan ignorantes, que jamás podrían optar a poder gobernar un país como España (y si no que se lo pregunten a Miquel Roca Junyent de Convergència Democràtica de Catalunya, menuda putada le hizo Pujol). A lo mucho que pueden aspirar es a ser presidentes de la comunidad autónoma correspondiente.
¿Se imaginan a unos tipos tan patéticos como Carod Rovira o Ibarretxe presentarse a presidentes de España? Y es que los nacionalistas tienen un defecto muy específico de ellos. Son como los burros que están enganchados a una noria que sólo miran al frente. Su única obsesión es la independencia. No existe nada más. El mundo y sus tristes vidas tienen una única existencia, la independencia. Es lo único que les mantiene vivos. Si la consiguieran yo creo que se morirían de aburrimiento, porque su alimento vital se habría acabado. Dirían “¿y ahora qué cojones hacemos, con quién nos metemos?”; porque esa es otra. El independentista necesita crearse un estado opresor, aunque le dé todas las facilidades del mundo para que su cultura se desarrolle al máximo. El independentista se nota ahogado por la bota opresora del estado centralista. Intentar hacer comprender a un nacionalista que sus ideas son equivocadas es tarea imposible. Aunque se le expliquen argumentos demoledores en contra, JAMÁS se le logrará convencer. Los argumentos se estrellarán contra un muro de incomprensión de mil millones de metros de espesor y estupidez.

Y lo peor de todo es que con la pequeña cuota de poder que alcanzan, cuando son necesarios para los grandes partidos nacionales, estos, en un acto de desvergüenza torera, pactan con ellos para poder alcanzar el poder. Y aquellos más desvergonzados todavía, aceptan pactar con el opresor a cambio de un dinero que les permitirá vivir del cuento sin dar golpe y seguir alimentando los sueños de que algún día su país alcance la indepencia, Dios no lo quiera. Porque sino, de qué coño iban a vivir. Los muy hijos de puta.

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