Bien, por fin está Dejuana Chaos en su casa, que es lo que todos querían; el PSOE para satisfacer las exigencias de ETA, y el PP para tener más argumentos con los que atacar al gobierno (cómo se estará afilando los colmillos mi primo Fedeguico Jiménez Losantos), y los etarras y sus acólitos para demostrar que le pueden ganar un pulso al gobierno.
Esta decisión le va a costar muy cara al gobierno en votos. El hijoputa este no se ha arrepentido de sus 25 asesinatos y aunque haya cumplido la pena correspondiente (sólo 18 años, hay que joderse) ha conseguido el segundo grado penitenciario gracias a la huelga de hambre que ha seguido. Entre el pueblo llano se tiene la sensación de que ha sido muy leve la pena para la gravedad de los delitos, y es que en este país las leyes son muy blandas, parece que poner las penas más duras es de regímenes totalitarios. Muchos extranjeros lo dicen, aquí el delito les sale muy barato porque aunque los cojan y los encierren, pronto estarán en la calle.
A lo mejor la culpa de que este hijoputa esté en la calle no es culpa del gobierno ni de la Audiencia Nacional, sino de las leyes, del Parlamento que las dicta y las aprueba.
Por lo menos el gobierno, que ha tomado una decisión legal, al igual que hubiera sido legal dejar que se muriera de hambre, podría haber esperado unos cuantos días más en mandarlo para casa, digamos que lo hubiera podido hacer cuando ya no hubiera vuelta atrás en el estado de este hijoputa, así habría matado dos pájaros de un tiro: por una parte habría cedido a las exigencias de los etarras, y por otro el hijoputa se hubiera muerto pronto. Como soy muy malo espero que al menos le queden secuelas irreversibles, como por ejemplo que se quede agilipollado perdido o subnormal profundo. Total para lo que sirve.
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