Joder, qué Iglesia tenemos en España. Tenían que hacer un partido político, por ejemplo el PICE: Partido de la Iglesia Católica Española, lo que nos íbamos a divertir, mi voto lo tenían asegurado ¿Se imaginan a Monseñor Rouco Varela vestido de púrpura arengando a los españoles desde el púlpito del Congreso de los Diputados: Españoles, convertíos y creed en el Evangelio? ¡Qué bien nos lo íbamos a pasar, sería la hostia!
Ahora resulta que la Iglesia tiene potestad para despedir a los profesores de religión católica si considera que su comportamiento no comulga con los preceptos de la fe cristiana, profesores que por otra parte paga el gobierno español. Y esto lo corrobora ni más ni menos que el Tribunal Constitucional alegando que esta potestad está recogida en el Concordato con la Santa Sede de 1978 (creo), Concordato que se firmó para una duración de 3 años, ¡y ya estamos en el 2007! Ver para creer, hombres de poca fe. O sea que el Concordato está por encima de la Constitución Española. ¡Viva el Nacionalcatolicismo! Esto es poder y lo demás son tonterías.
Todo esto viene a que la Iglesia despidió a una profesora de religión por estar divorciada y convivir con otro hombre sin estar casada. O sea, que como decía antes, el comportamiento de los profesores debe ser coherente con lo que enseñan. En resumidas cuentas, predicar con el ejemplo. Porque esto es lo que hace nuestra amada Iglesia Católica, Apostólica y Romana ¿o no? Predicar con el ejemplo. ¿Cómo? Predicar sí que predica todos los días en las misas, pero, ¿con el ejemplo? Para ser cura o monja se exigen tres votos, a saber: obediencia, pobreza y castidad.
La obediencia la respetan todos, porque sino se van a la puta calle. La pobreza en cambio es otro cantar. Sólo hay que ver, por ejemplo, como viste un obispo. La sotana de seda, una cruz de oro al cuello que le llega hasta su oronda panza alimentada con exquisitos manjares, y un anillo que vale un huevo con un rubí tallado para que los fieles lo besen en señal de sumisión (todo un ejemplo de pobreza, ¿a que sí?) Y para finalizar, la castidad, asunto espinoso. Los curas y monjas no pueden jugar con sus cosas para mear, pero muchos juegan con las cositas de los niños, y qué hacen con ellos sus superiores: los despiden. Pues no, simplemente los cambian de centro y de ciudad, y se les dice que eso no está bien, pero a muchos les da igual, y siguen jugando con las cosas de mear de los niños; sin hablar de la cantidad de curas homosexuales que hay, que los hay, y muchos, yo conozco a unos cuantos (como dije en otro artículo por aquí, estuve tres años en un seminario, y de esto sé mucho)
O sea que la pobre mujer se ha ido a la puta calle sin comerlo ni beberlo. Pero, si por lo menos una cuarta parte de sus alumnos serán de padres separados, ¿para qué hacerles ver que eso está mal, con lo mal que lo estarán pasando las criaturas? Además, si más de la mitad de esos alumnos cuando sean mayores y se casen, al cabo de un tiempo se van a divorciar. Que dejen a la gente vivir en paz y que quiten primero la paja de su ojo antes de ver la viga en el ojo ajeno. Amén.
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